Mittwoch, November 01, 2006

Ultimate Berlin II

Estamos a 6ºC. Mañana teóricamente va a nevar. Yo me lo creo. Este frío me está matando. Y eso que esto no ha hecho más que empezar.

Debería haberme pedido el Erasmus para otro sitio. Me tendría que haber marchado a Miami con mi hermana, que allí frío iba pasar poco.

Continúo con la historia de Berlín.
La noche nos dio para mucho. Llovía a cántaros y no logramos encontrar ningún sitio que tuviese buena pinta para entrar. Y es que Berlín mola pero chungo es un rato. Entre la fiesta 'Super Geil' y el arroba que nos esperaba en la fiesta privada, que ni Adrián disfrazado de ultra moderno guay consguió entrar...
Nuestra última opción de no haber desperdiciado la noche hubiese sido ir a la fiesta underground (pero underground de verdad, en un Loch) que nos proponía el amigo rapero franco-germa-gahnanio de la pastilla mágica.
Aunque fuimos con él hasta Alexanderplaz, donde era la fiesta, al final nos dio muy mal rollo (tendríais que haberle visto...), y declinamos la invitación. Volvimos a Kreuzberg y en casa de Violeta nos hundímos los 5 en el colchón hasta el día siguiente (eso de dormir como sardina en lata literal no me acaba de convencer, y menos con vecinos roncadores ;)
Al día siguente recogimos a Teresa, Elena, Berta, Espen y Paul que volvían de Polonia. Convencimos a Paul para que no se bajara a Dresden y así nos saliera a todos el billete más barato para volver por la noche.
Estuvimos dando unas cuantas vueltas por la ciudad, aunque no vi nada que no hubiese visto ya, pero bueno, estuvo bien.
Volvimos a la estación para irnos a Dresden y encontramos a una chica que volvía también para allá, alemana de 16 años que venía de pasar el fin de semana con su novio turco de Berlin...
Total que como nos sobraba una plaza de los 2 Wochenendestickets que habíamos comprado, pues nos pagó el módico precio de 6€ y se vino con nosotros. A la pobre la dimos el viaje, porque Paul se quedó dormido y entonces nos escondimos todos para que se asustase cuando se despertara y no viera a nadie...
Estuvimos otro rato jugando a las cartas, que aunque parezca que no, es complicado explicarle el polis y cacos a un noruego que no habla demasiado alemán, jejeje.
Tuvimos que hacer unos cuantos transbordos pero al final tuvimos suerte y no perdimos ningún enlace.
Y cuando llegué a casa me encontré la sorpresa. Mi puerta no se habría. Raquel ya se lo sabe, que estuve hablando con ella por el mesenger desde casa de Teresa que me acogió.
El desenlace lo cuento después que ahora me tengo que marchar a clase de Japonés y después a Popfit, aunque yo lo llamaría mejor Tortura Lenta y Dolorosa.
Besitos en los coditos!

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