Sonntag, November 12, 2006

Ein schönes Wochenende

Cuando crees que no te lo vas a pasar bien resulta ser uno de los mejores fines de semana que he tenido por aquí.

El viernes yo estaba para el arrastre. Las semanas me cansan un montón, aunque no tenga ni la mitad de horas de clase que tendría en España. Acabo igual de cansada, o más.

Los viernes sólo tengo clase de alemán a las 11 de la mañana, por lo que con levantarme a las 10 hubiese sido suficiente. Y así lo tenía pensado, por lo que el jueves me quedé en la Chemie hasta cerca de las 3. Estaba yo en uno de mis más placenteros sueño cuando de repente me llaman al timbre. Cojo el aparato y contesto y una mujer me dice en alemán: - Por favor, baje. Como estaba medio sobada, pasé de todo, le dí a abrir la puerta, colgué y me metí otra vez en la cama. Eran las 8 y pico de la mañana.

A los 5 minutos me vuelven a llamar. Otra vez la misma mujer: - Por favor, baje un momento. Y ahí es ya cuando se me ocurrió preguntarle que para qué. - Warum? Salió de mi boca a esas horas de la mañana. - Porque soy de correos y tengo un paquete para usted. Mierda, iba en serio. Le dije que bajaba en un momento y colgué de nuevo. Como el rayo me puse lo primero que tenía por la habitación, me pasé el peine por la cabeza para mejorar un poco mi aspecto y bajé para abajo. Cuando llegué la mujer me miraba mal, y no es para menos, porque es que hacía 10 minutos había pasado de ella de mala manera...

Me dió lo que tenía que darme (gracias Elena :p ), eché una firmita y me subí para mi casa otra vez. Pero bueno, luego ya no me metí de nuevo a la cama, aunque debería haberlo hecho.

Me marché a clase de alemán y luego a la mensa a comer. Después de comer habíamos quedado con Edna para ir a pintar lo que quedaba de su casa. Pero por el camino me llamó Berta que tenía que ir a Ikea y fui para allá porque yo también necesitaba algunas cosillas (espero que ese haya sido mi último viaje a Ikea, porque mi habitación empieza a parecerse a la página 10 del catálogo :p).

Así que engañé a Tanis para que me acompañase y nos fuimos los tres a Ikea. Ir a Ikea es uno de los deportes más cansados que conozco. Ni Popfit ni historias, si quieres ponerte en forma vete a Ikea una vea a la semana...

Cuando volví a casa no tenía muchas ganas de salir, porque estaba reventada, pero bueno, al final me engañaron para ir a cenar a casa de Jaime y Adrián y para allá que me fui. A las 12 yo no podía con mi cuerpo y pretendía irme a casa, porque estos querían irse a Strasse-E, que es un polígono que está a las afueras de Dresden, pero yo pasaba de ir (por presupuesto mensual y cansancio...) pero bueno, lanzaron la opción de pasar un rato por el Hebeda's y como ese sitio me gusta pues para allá que me fui, con la intención de tomar algo y marchar a casa en una hora como mucho.

Me dieron las 5 en ese bar. Me lo pasé como los indios. Hasta estoy empezando a animarme con los mini-pogos que se montan cuando ponen algunas canciones. Pero siempre con mucho cuidado, que estoy alemanes son muy grandes y muy burros y puedo morir aplastada facilmente.

Gracias a Dios, para volver a casa ya dispongo de todas las lineas de tranvía del mundo y más. La noticia me la dio Silvio antes de salir de casa, así que guay, ahora ya puedo volver a ir a todos los sitios caminando exclusivamente dos minutos hasta la parada del tranvía.
Ayer por la mañana tuve que levantarme relativamente pronto (ok, me levanté a las 11.30 pero me hubiese gustado levantarme a las 2 ó las 3) porque venía Violeta (la chica que nos acogió en Berlín cuando fuimos) con unas amigas y me tocaba hacer de guía turística, porque Adrián, su anfitrión, aún no se conoce nada del centro histórico.
Estuvimos por ahí hasta las mil, hora en la que decidí que me marchaba a casa a darme una ducha y cambiarme de ropa, mientras ellos se iban a la residencia a hacer lo mismo. Volví a casa a cenar y hacer unas cosillas y a prepararme para ir al Sputnik, que era el sitio al que pretendíamos llevarlas. Cuando llegué a casa encontré a Edna en el messenger, que había estado con los otros arquitectos en Dessau visitando la Bauhaus, y que no iba a salir porque estaba muerta, pero me dijo que le habían dicho que había una WG-Party (fiesta en un piso de estudiantes) en un piso cerca de la resi de estos, así que cuando fui para allá se lo comenté y no nos pareció mal la idea, pasarnos primero por la fiesta y marchar luego al Sputnik. Así que eso hicimos. Localizamos el piso donde tenía lugar la fiesta a la que nadie nos había invitado y fuimos para allá. Aunque parezca que tenemos mucho morro aquí eso se estila muchísimo. Con que conozcas a alguien que conoce a alguien que tiene relación con alguien que da la fiesta pues te puedes presentar allí sin ningún problema. Las fiestas alemanas no están mal, cada uno tiene que llevarse lo que vaya a beber. Cuando llegamos nos encontramos con Alexander, un suizo que conocí en una fiesta a la que fui en su piso, jejeje. Estuvimos por ahí socializando y yo salí bastante satisfecha, porque me agencié un alemán que no hablaba nada de español y estuvimos hablando más de una hora, que coño! me he venido aquí para aprender alemán, no? Pues eso.
Luego nos marchamos dirección al Sputnik, pero al cruzar la calle vimos que en un balcón había unos chicos que nos dijeron que subiésemos que había una fiesta. Así que allí nos plantamos. Y nada más entrar nos encontramos con un chico que se da cuenta de que somos españoles, y nos pregunta si conocemos a Edna y a Jose, y claro, le dijimos que sí, y resulta que la chica que estaba a su lado era Andrea, la tándem de Jose. El chico se llama Jens y es muy majete, habla español bastante bien porque se ha echado una novia de Madrid. Y al preguntarle que de qué conocía a Jose y a Edna me contó que es que Andrea les había llevado a la fiesta que dieron cuando acabaron la carrera. Y resulta que yo estuve también en esa fiesta, jejeje. Si es que esto acaba siendo un pueblo. Quien iba a decirme a mí que me iba a encontrar en una fiesta a uno de los anfitriones de la fiesta a la que fuimos hace tres o cuatro semanas...
Estuvimos por ahí pululando (wimmeln) y decidimos marchar al Sputnik. Cuando salí por la puerta ya acabé de flipar, porque estaba mi compañero de piso asocial y... ¡no me dijo nada! Sólo me miró como en plan de que le sonaba de algo pero que no sabía muy bien de qué... Si luego le veo por aquí por casa ya le preguntaré que qué tal ayer en la fiesta...
Y bueno, cuando llegamos a la calle el panorama era desolador. Hacía malísimo, así que en vez de marchar al Sputnik y tener que cruzarnos Alaunspark bajo la lluvia pues decidí marcharme a casa, aunque no pudimos evitar pasar por el Kebab Haus a recenar. Y es que no sabeis lo bien que entran los Dürüms a esas horas...
Y me fui a la parada del tranvía más feliz que el pipas, sabiendo que en 5 minutos iba a pasar un tranvía que me iba a dejar en la puerta de mi resi.
Y hoy a comer a casa de Jose. La verdad es que nos ha dado super bien de comer. Hasta hemos comido postre alemán y todo...
Bueno, que ahora os dejo porque tengo que estudiar un ratillo que mañana tengo examen otra vez de japonés.
Aquí va una foto del tranvía, porque hoy no tengo nada más con qué ilustrar la entrada

Bso: Mando Diao - Ode to ocrhasy

2 Kommentare:

Anonym hat gesagt…

hello isa te veo muy feliz, como me alegro, sabia q te iba a ir genial y ibas a conocer a mogollon de gente maja!!Por aki todo tranki, te cuento un cotilleo jeje,vir esta cn un amigo nuestro de teleco, muy majete ;) (no digas nada). yyyy esta noche nos vamos a bilbo al wintercas a ver a maximo park y the spinto band jejej molara!!! ya veras fotos en el fotolog.Y bueno q toi chapando bastante, pa volar yo el año q viene. besucoss del norte

Anonym hat gesagt…

Esta entrada tiene mucho tiempo, pero buscando una foto del Hebeda's en google, me la he encontrado... Y no he sido capaz de resistir y no poner un comentario. Veo que eres de la generación Dresdeniana siguiente a la mía. De ese año no conozco a mucha gente (a Marta, Antonia, Inma... y la eterna resistencia dresdeniana: Nacho, Eugenio, Joan, Fran...) pero tu post me ha traído mogollón de recuerdos. Y el Hebeda's! Que nos pareció el sitio más raro del mundo la primera vez, cuando no llevábamos ni una semana allí, y al que al final cogimos muchísimo cariño, y es tradición visitar si se va a Dresden.

En fin, siento el ataque de nostalgia!!! Pero me ha molado leer tu entrada.

Saludos,

Cristina